sábado, 4 de septiembre de 2010

Nos conocíamos, claro qe nos conocíamos. A ciertas horas & en ciertos lugares todos nos conocemos. Nada más entrar, se acercó a mi & me rodeó con sus brazos. Él tenía novia yo...yo te tenía a ti. Tenía veinte & pocos & aún no buscaba ese tipo de amor cálido & estable qe tú podías darme, aunqe la idea de un futuro en común ya estaba en mi subconsciente, a fin de cuentas eras mi relación conocida más larga & estable, debida principalmente a la ausencia de sexo.

En aqella época bebíamos mucho, follábamos más & acabámos en su desnuda habitación, con una triste bombilla colgando del techo & un colchón tirado en el suelo. Éramos compañeros de amaneceres, de cervezas, de sexo sin complicaciones. Tú aparecías en mi mente de vez en cuando, pero en cuanto él me tocaba te ibas haciendo peqeñito, peqeñito, hasta desaparecer.
Mientras yo aún estaba desnuda en la cama, él tocaba para mi, la para Elisa. Todo el mundo estaba al tanto de esta relación & todos sabían qe era imposible, nosotros lo sabíamos, yo misma lo sabía.

Él no la dejó,era un 27 de abril* & yo llegué llorando de madrugada, a casa, con un par de copas de más. & te llamé, "fóllame, -lla-me", te pedí. Cruzaste toda la ciudad, mientras yo me daba una ducha fría, para recibirte serena...

Ahora ya sabes el principio de la historia. Éste es el verdadero principio de nuestra historia.

*Casualmente la para Elisa fue compuesta un 27 de abril de 1810

2 comentarios:

  1. tener épocas de compañía, amaneceres y cervezas, sin más... es genial :)
    me he quedado con ganas de más!

    PD: mi rutina preferida... AY (L)

    ResponderEliminar
  2. muchas veces ocurre. Queremos a alguien y nos follamos a otra persona. Es curioso.

    Las habitaciones vacías me gustan. Sin distracciones, solo sexo habitándolas.

    muac filofóbica, como siempre me encanta pasar por aquí.

    ResponderEliminar