sábado, 16 de octubre de 2010

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" Por cobardía sustituimos la sensación de nuestra nada por la sensación de la nada. & es qe la nada general apenas nos inquieta: vemos en ella demasiado a menudo una promesa, una ausencia fragmentaria, un callejón sin salida qe se abre. Durante largo tiempo me obstiné en hallar a alguien qe lo supiera todo sobre sí mismo & sobre los otros, un sabio-demonio, divinamente clarividente. Cada vez qe creía haberlo encontrado, debía, tras un examen, cambiar de opinión: el nuevo elegido tenía todavía alguna mancha, algún punto negro, no sé qé recoveco de inconsciencia o de debilidad qe le rebajaba al nivel de los humanos. Percibía yo en él huellas de deseo o de esperanza, o algún residuo de pesar. Su cinismo era manifiestamente incompleto. ¡qé decepción! & proseguía siempre mi búsqueda & siempre mis ídolos del momento pecaban en algún aspecto: el hombre estaba presente en ellos, oculto, maquillado o escamoteado. Acabé por comprender el despotismo de la especie, & por no soñar más qe con un no-hombre, con un monstruo qe estuviese totalmente convencido de su nada. Era una locura concebirlo: no podía existir, ya qe la lucidez absoluta es incompatible con la realidad de los órganos. "

Emile Cioran, La tentación de existir

*a veces me gustaría saber escribir un poqito & sacar toda la mierda qe llevo dentro...

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